Cáncer de testículo

¿Qué es el cáncer de testículo?

Los testículos son dos pequeñas glándulas situadas en el exterior del cuerpo, cerca del pene y en el interior del escroto. Estas glándulas contienen células germinales, que se encargarán de producir espermatozoides y otras células especializadas en la producción de las hormonas sexuales masculinas.

El cáncer de testículo es el tumor más frecuente en hombres entre los 15 y los 35 años. Sin embargo, tras este pico de incidencia se convierte en una rareza y, en general sólo supone el 1% del total de los tumores diagnosticados en varones. En España, durante el año 2019 se diagnosticaron aproximadamente 1300 casos nuevos.

Tipos

El 95 por ciento de los cánceres testiculares tienen su origen en las células germinales. Si bien estos tumores tienen su origen en los testículos, también pueden aparecer ocasionalmente en el abdomen, el tórax u otras áreas del cuerpo, como tumor primario o como afectación a distancia de un tumor primario en el testículo.

Los tumores de testículo más frecuentes son de de células germinales que pueden ser de tipo seminomatoso y no seminomatoso.

Los de tipo seminomatoso constituyen aproximadamente la mitad de todos los tumores de células germinales. Por lo general, tienen un crecimiento lento. Este tipo de tumor tiene una alta probabilidad de curación cuando se diagnostican en fases tempranas, ya que es menos probable que se hayan extendido a otras partes del cuerpo (metástasis).

Los no seminomatosos suelen ser más agresivos que los seminomatosos y tienen más probabilidades de extenderse más allá del testículo.

Por otra parte, un 5 por ciento de los cánceres testiculares se inician en las células del estroma, que son aquellas encargadas de producir las hormonas sexuales masculinas (testosterona principalmente). Sin embargo, los tumores del estroma testicular suelen ser benignos (no cancerosos).

Factores de riesgo.

El cáncer de testículo no está relacionado con ningún hábito, actividad o estilo de vida. Sin embargo, hay dos factores de riesgo importantes que pueden aumentar las probabilidades de contraer la enfermedad.

  • Un testículo no descendido (criptorquidia): Los testículos descienden desde el abdomen hasta el escroto durante la gestación. Si naciste con un testículo no descendido, tienes un mayor riesgo de padecer cáncer de testículo, incluso si te has sometido a una cirugía para solucionar el problema.
  • Un diagnóstico previo de cáncer de testículo: Si te han diagnosticado cáncer en uno de tus testículos, es más probable que tengas cáncer en el otro.
    Con los recientes avances en el diagnóstico y tratamiento de este tipo de cáncer, la mayoría de los hombres, especialmente aquellos con tumores en etapas tempranas, tienen una alta probabilidad de curación.

Signos y síntomas.

Los signos más comunes de cáncer de testículo son el dolor, la hinchazón o la aparición de un bulto o dureza en los testículos.
Los signos y síntomas menos comunes incluyen:

  • Dolor en la parte baja del abdomen o en la ingle.
  • Sensibilidad en la zona de los senos.
  • Pesadez en el escroto.
  • Dolor de espalda.

Aunque estos no significan necesariamente que el cáncer esté presente, consulte a un médico si experimenta alguno de ellos, ya que, como hemos mencionado, la detección temprana aumenta en gran medida las posibilidades de éxito en el tratamiento.

Diagnóstico

Si usted ha percibido un bulto sospechoso en sus testículos y acude a un urólogo, podría someterse a una exploración minuciosa, tanto abdominal como genital, un análisis de sangre para medir los niveles de los marcadores tumorales y, si fuera necesario, podrían solicitarle pruebas de imagen, incluyendo ecografía testicular y tomografía computerizada para determinar si existe propagación a otras partes del cuerpo

Cirugía

Orquiectomía radical.

La cirugía es una parte importante del diagnóstico y tratamiento del cáncer testicular. La orquiectomía radical consiste en extirpar el testículo afectado por vía inguinal, para posteriormente realizar un análisis anatomopatológico que nos permita identificar el tipo de tumor. Esta información ayudará a sus médicos a elegir el tratamiento posterior más adecuado para usted.

Existe la posibilidad de colocar una prótesis de silicona (de aspecto y tamaño similar a su testículo extirpado) en el mismo acto quirúrgico, consiguiendo unos resultados estéticos muy favorables.

La orquiectomía radical suele ser el único tratamiento requerido de los tumores seminomatosos y no seminomatosos en etapas tempranas y que no se han propagado (metástasis). En el caso de un cáncer testicular más agresivo o avanzado, puede requerir tratamientos complementarios (quimioterapia y/o radioterapia) o bien otro tratamiento quirúrgico (linfadenectomía retroperitoneal).

Linfadenectomía retroperitoneal

Si los resultados de las pruebas demuestran que su tumor es probable que se extienda o se haya extendido a los ganglios linfáticos del abdomen, su urólogo puede recomendarle la disección de los ganglios linfáticos retroperitoneales (linfadenectomía retroperitoneal) para extirparlos.

La linfadenectomía retroperitoneal normalmente no afecta a la fertilidad o a su capacidad para conseguir y mantener una erección normal. En cambio, podría alterar su mecanismo de eyaculación, dado que podrían verse afectados los nervios responsables de la misma durante la disección del tejido linfático.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento sistémico cuyo objetivo es eliminar las células cancerígenas del cuerpo, salvando la vida del 70 por ciento de los hombres con cáncer testicular avanzado.

Sus médicos pueden recomendarle este tratamiento si usted tiene un cáncer testicular en una etapa más avanzada o en casos de tumores localizados pero con mayor probabilidad de metástasis.

Este tratamiento, también ayuda a prevenir la recidiva tumoral.

Los esquemas de tratamiento quimioterápico más comunes son:

  • EP: tratamiento inicial para el cáncer testicular avanzado. Combina los medicamentos etopósido y cisplatino. Sus médicos pueden agregar bleomicina al EP .
  • TIP: combina tres medicamentos: paclitaxelEU, ifosfamida y cisplatino. Se utiliza para tratar el cáncer de testículo que ha recidivado después de una primera línea de tratamiento quimioterápico.

Radioterapia

En ocasiones, sus médicos le recomendarán someterse a tratamiento radioterápico tras la cirugía, con la intención de destruir las células tumorales que hayan podido quedar en el lecho de la lesión tumoral. En la actualidad, esta técnica se reserva principalmente para pacientes con grandes masas tumorales o metástasis.

Seguimiento

Una vez que el tratamiento se haya completado, la vigilancia es crucial. Su médico le recomendará que se realice autoexámenes y que se someta a controles regulares.

Durante sus revisiones, su urólogo le examinará el testículo no afecto en busca de posibles bultos o anomalías, le realizarán análisis de sangre periódicos para cuantificar los marcadores tumorales y le solicitarán pruebas de imagen como radiografías de tórax o tomografías computarizadas regulares para detectar cualquier recidiva tumoral.

Información de los autores

Jose Carlos Navarro
Medico especialista en Urologia
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (HUFJD)
Madrid