Megauréter primario

¿Qué es el megauréter?

El megauréter primario (MP) es un término descriptivo que hace referencia a un uréter dilatado (megalouréter). Los uréteres son los dos conductos que conducen la orina de los riñones a la vejiga.

FIGURA 1. Sistema urinario normal y megauréter
FIGURA 1. Sistema urinario normal y megauréter

En condiciones normales el uréter es una estructura que tiene un tamaño inferior a 5 milímetros y no debería verse en la ecografía. Un uréter de > 8 milímetros y que es visible en la ecografía se considera un megauréter.  Lo denominamos primario cuando la dilatación del uréter se debe a una malformación en la estructura del mismo (intrínseco) y no es secundario a un problema de vaciado vesical.

El MP se clasifica en 4 tipos:

  • Obstructivo (existe una dificultad de paso de la orina a nivel de la unión del uréter con la vejiga y por este motivo la orina se acumula y se dilata el uréter)
  • Refluyente (el mecanismo de válvula que impide que la orina de la vejiga suba de nuevo al uréter es incompetente y por este motivo la orina sube de la vejiga al uréter y dilata la vejiga)
  • Refluyente y Obstructivo
  • No Refluyente y No Obstructivo

Es más frecuente en recién nacidos varones y en el lado izquierdo. Puede ser uni o bilateral (25-30% de los casos). Cuando es unilateral el lado izquierdo se afecta con más frecuencia.

¿Cuál es la causa del megauréter?

El MP es una enfermedad congénita que se produce durante el desarrollo del feto. Se debe a una alteración en el desarrollo del uréter distal. Normalmente la capa de músculo del uréter se sustituye por tejido fibroso, más rígido, lo que impide que el uréter se contraiga bien para expulsar la orina.

¿Cómo se diagnostica el megauréter?

Diagnóstico prenatal

En la actualidad, la mayoría de las malformaciones congénitas del uréter se diagnostican de forma prenatal. El MP supone aproximadamente un 10% de las uropatías diagnosticadas de forma prenatal. En un 70% de los MP la ecografía prenatal solo evidencia una dilatación de la pelvis renal y no del uréter.

Diagnóstico postnatal

Todos los pacientes diagnosticados de MP de forma prenatal deben estudiarse de forma postnatal. Existen diversas pruebas que se deben realizar en un paciente con MP:

Ecografía: es una prueba en la que se utilizan ondas de sonido con las que se visualizan los órganos internos, en este caso los riñones y las vías urinarias (uréter y vejiga).
Es un prueba indolora y que además no emite radiación.

Cistouretrografía miccional seriada (CUMS): es una prueba en la que se introduce una sonda (tubo hueco) dentro de la uretra del paciente. Una vez colocada la sonda se introduce a través de ella un contraste (como un colorante que se puede ver en la radiografía). Después se realizan varias radiografías para ver si el contraste que está dentro de la vejiga sube al uréter y/o llega hasta el riñón (reflujo).
Esta prueba puede ocasionar molestias leves cuando se introduce la sonda por la uretra.

Renograma con diurético: es una prueba de medicina nuclear. En esta prueba se inyecta un tipo de substancia radiactiva en la vena del paciente que se llama radiofármaco. Este radiofármaco llega hasta el riñón y se elimina con la orina (va desde el riñón a la vejiga). Con una cámara especial se detecta este radiofármaco y se hacen varias imágenes para ver como se va eliminando por el uréter hasta la vejiga. Para que el radiofármaco se elimine más rápido se inyecta también un medicamento que se llama diurético que hace que el riñón elimine la orina con más rapidez. Con esta prueba lo que se determina es si existe obstrucción (que significa que la orina se acumula durante mucho tiempo en el riñón y en el uréter porque no puede bajar a la vejiga por la estrechez en la parte final del uréter).
Esta prueba es indolora aunque al principio puede ocasionar molestias derivadas del pinchazo en la vena.

Tabla 1. Exploraciones complementarias

La primera prueba que se debe hacer en todos los pacientes después de nacer es la ecografía renovesical, que se deberá realizar idealmente sobre los 5-7 días de vida. Excepto en los casos de varones con dilataciones unilateral o bilaterales importantes, la ecografía no debería realizarse antes de los 4-5 días de vida porque el grado de dilatación del uréter entonces suele estar infraestimado porque los recién nacidos durante los primeros días de vida producen menos orina (deshidratación fisiológica).

En esta ecografía de la primera semana podremos ver si la dilatación del uréter existe realmente de forma postnatal y cual es la gravedad de la dilatación.

Figura 2. Dilatación importante del uréter distal en la primera ecografía postnatal
Figura 2. Dilatación importante del uréter distal en la primera ecografía postnatal

Es importante remarcar aquí que en los varones con una dilatación importante unilateral o una dilatación bilateral deberá realizarse una cistouretrografía miccional seriada (CUMS) precoz. El motivo es que se debe descartar una enfermedad congénita que afecta exclusivamente a los varones, que son las válvulas de uretra posterior (VUP). Las VUP son unos pliegues o valvas que se encuentran en la parte posterior de la uretra y que se despliegan cuando el niño orina de forma que actúan como una obstrucción (dificultan el paso de la orina desde la vejiga hasta el exterior). Aunque son poco frecuentes, es la causa más frecuente de obstrucción de la parte inferior del tracto urinario en los varones. Debido a la posible gravedad de este cuadro es muy importante realizar el diagnóstico de esta enfermedad de forma precoz. Si se realiza la CUMS y se observan unas VUP, el niño debe tratarse precozmente (colocando una sonda en la vejiga para que pueda salir la orina sin dificultad y posteriormente se realizará el tratamiento definitivo que consiste en una cirugía en la que se reseca –corta- esta valva). En este caso no se trataría de un MP sino de un megauréter secundario a un problema de vaciado de la vejiga.

Figura 3. Válvulas de uretra posterior (VUP): es una patología que hay que descartar ante una dilatación severa unilateral o dilatación bilateral ureteral en un varón.
Figura 3. Válvulas de uretra posterior (VUP): es una patología que hay que descartar ante una dilatación severa unilateral o dilatación bilateral ureteral en un varón.

Aproximadamente a las 6 semanas de vida se realizará una nueva ecografía. Después tendremos que realizar otras dos pruebas, la CUMS y el renograma con diurético, para saber de que tipo de MP de los que hemos mencionado anteriormente se trata. La CUMS nos informará sobre si existe reflujo de orina de la vejiga a los uréteres y por lo tanto se trataría de un MP refluyente. El renograma nos dirá si existe obstrucción (existe una dificultad de paso de la orina a nivel de la unión del uréter con la vejiga y por este motivo la orina se acumula y se dilata el uréter) y en este caso se trataría de un MP obstructivo.

En algunos casos complejos puede ser necesario realizar una uro-resonancia magnética para lograr un mejor estudio anatómico, sobretodo en casos que pueden requerir tratamiento mediante cirugía.

 Figura 4. Cistouretrografía miccional seriada (CUMS. 4a: CUMS normal,sin reflujo (solo se rellena la vejiga y no existe reflujo al uréter). ). 4b: CUMS con reflujo (se rellena la vejiga pero también el uréter)
Figura 4. Cistouretrografía miccional seriada (CUMS. 4a: CUMS normal,sin reflujo (solo se rellena la vejiga y no existe reflujo al uréter). 4b: CUMS con reflujo (se rellena la vejiga pero también el uréter)
Figura 5. Resumen del diagnóstico del megauréter primario.
Figura 5. Resumen del diagnóstico del megauréter primario.

¿Cuáles son los síntomas del megauréter?

Como se ha mencionado anteriormente, dado que la mayoría de los MP se diagnostican de forma prenatal y se inicia una profilaxis antibiótica desde el nacimiento muchos se encuentran asintomáticos.

Cuando dan clínica la infección de orina es la manifestación más frecuente. La infección de orina en los lactantes suele manifestarse con fiebre, vómitos, rechazo de la alimentación y en ocasiones, diarreas. En niños más mayores la fiebre, el dolor en la región encima del pubis o en el costado y el escozor al orinar son los síntomas más frecuentes. Es menos frecuente que se los pacientes presenten dolor abdominal o hematuria (sangre en la orina).

¿Cuál es el tratamiento del megauréter?

El médico determinará cuál es el tratamiento más adecuado en función de las siguientes variables:

  • edad del niño
  • severidad de la dilatación del uréter
  • función de los riñones
  • presencia de síntomas (infecciones de orina, dolor abdominal, etc)

El MP es una patología congénita que tiende a resolverse espontáneamente por lo que en la mayoría de los casos se realizará un tratamiento conservador que consiste en controlar al paciente sin realizar ningún tratamiento específico. En algunos casos el paciente puede necesitar de antibiótico profiláctico (que previene las infecciones de orina) durante un periodo de tiempo determinado por su médico.

En aproximadamente un 80% de los pacientes la dilatación del uréter tiende a disminuir y/o a desaparecer completamente con el tiempo. Sin embargo, en un 20% la dilatación empeora, la función del riñón se afecta y/o presentan síntomas como infecciones de orina de repetición por lo que requerirán tratamiento mediante cirugía. Los pacientes que requieren tratamiento con cirugía suelen necesitarlo durante los dos primeros años de vida.

Figura 6. Esquema de tratamiento del megauréter primario.
Figura 6. Esquema de tratamiento del megauréter primario.

Existen diferentes tipos de cirugía para tratar el MP. La cirugía definitiva consiste en resecar la zona más distal del uréter que está estrecha e implantarlo de nuevo en la vejiga (reimplante ureteral). Este procedimiento se puede realizar por cirugía abierta o mediante laparoscopia. Sin embargo, esta cirugía puede ser técnicamente complicada durante el primer año de vida y por este motivo, en determinadas situaciones en las que es preciso tratar al paciente antes del año de vida se han desarrollado otras opciones terapéuticas menos invasivas.

Dilatación endoscópica de la zona estrecha con balón y posterior colocación de un catéter en el uréter que va desde la pelvis renal hasta la vejiga (catéter doble J). Este tratamiento puede ser definitivo en algunos casos. El catéter doble J se deja durante un periodo variable entre 2 y 6 meses.

La ureterostomía temporal puede ser una alternativa muy eficaz y consiste en abocar el uréter a la piel para que la orina pueda drenar libremente. Cuando el niño crece esta ureterostomía se cierra y en el mismo procedimiento el uréter se implanta de nuevo en la vejiga.

Todos los pacientes que ha requerido cirugía deberán realizar un seguimiento postoperatorio por su médico. Si el paciente se encuentra asintomático después de la intervención y no tiene infecciones de orina suele ser señal de que la evolución es correcta. Siempre se realizará un control con ecografía aproximadamente entre 1 y 3 meses después de la cirugía (dependiendo del tipo de intervención). En la mayoría de los casos también se realizará una CUMS y un renograma de control.

Recomendaciones y consejos

  • Adecuar la ingesta de agua
  • Es muy importante insistir en un adecuado hábito miccional después de la retirada del pañal (que no debería realizarse antes de los 18 meses). Los niños deben aprender a vaciar bien su vejiga y a orinar durante el día al menos cada 3 horas
  • Vigilar la aparición de síntomas de una posible infección de orina es importante para instaurar un tratamiento antibiótico precoz.

Preguntas frecuentes

A excepción de casos severos bilaterales diagnosticados de forma prenatal, en cuyo caso se realizará una ecografía en los primeros días de vida, el niño se irá a casa con un tratamiento antibiótico profiláctico hasta que se realiza la ecografía de la primera semana de vida.
Debe consultar a un médico de urgencias si su hijo/a presenta síntomas de una infección de orina como pueden ser:
  • necesidad constante de orinar
  • dolor abdominal
  • escozor al orinar
  • orina maloliente
  • fiebre
  • rechazo de la alimentación
  • náuseas o vómitos
Esto depende de la severidad del megauréter. Los casos leves que no requieren ningún tipo de tratamiento se controlan hasta los 2-3 años de vida. Los pacientes con MP severo que requieren intervención en los primeros años de vida a menudo se controlan hasta la adolescencia.
En la actualidad la cirugía del reimplante ureteral se relaciona con una tasa de éxito del 93-95% y suele ser definitiva en la mayoría de los pacientes. Las potenciales complicaciones relacionadas con este procedimiento son la persistencia de la obstrucción y/o del reflujo.

Información del autor

Romy Gander
Médico Adjunto de Cirugía Pediátrica Hospital Universitario de la Vall d’Hebron, Barcelona
Unidad de Urología Pediátrica y Trasplante Renal Pediátrico